• El gasto al alza o una hucha de las pensiones casi vacía reflejan una mayor desconfianza
  • El futuro caminará por el ahorro complementario a la prestación pública

La jubilación se enmarca vitalmente como una nueva fase en la que, a menudo, no hay un periodo de preparación ni de transición. En términos económicos, el retiro para la mayor parte de los españoles supone pasar de recibir periódicamente ingresos derivados del trabajo a vivir de la prestación pública de la Seguridad Social, más allá de los bienes inmuebles o las carteras de inversión. Pese a que el español es uno de los sistemas más generosos de Europa, la preocupación de los españoles por vivir de forma cómoda en términos económicos esta etapa es mayor que la de los europeos. ¿Qué hay detrás de este horizonte menos positivo?

En este sentido, según un informe de Intrum, a 7 de cada 10 españoles les preocupa no poder garantizarse una jubilación sin preocupaciones económicas, mientras que un 60% de los encuestados teme no estar ahorrando lo suficiente para el futuro. En Europa, estos porcentajes son del 62% y del 61%, respectivamente. Puede parecer un simple porcentaje o una diferencia mínima, pero detrás hay una serie de factores que condicionan a los españoles.

Con todo, la generosidad de las prestaciones del primer pilar, es decir, las que paga la Seguridad Social suponen entre el 60% y el 70% del salario previo a la jubilación. Una ratio relativamente elevada si se compara con los países del norte, aunque similar generosidad de las economías del sur. De hecho, solo las pensiones italianas y griegas tienen más peso respecto a los salarios que las españolas, según un informe del Banco de España publicado a comienzos de año.

En la actualidad, España se sitúa entre los 10 países más preocupados sobre su jubilación, en un listado encabezado por Portugal (79%), y por encima de Francia (60%), Alemania (58%), Reino Unido (57%) o Italia (55%). Desde la década de 1990, cuando arranca la figura del Pacto de Toledo para tomar decisiones sobre la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones, la preocupación sobre la salud de la Seguridad Social está sobre la mesa.

«No habrá pensiones»

Una de las frases recurrentes en conversaciones sobre las pensiones españolas es que «no vamos a tener» o «no habrá pensiones». Es la concepción que se tiene desde fuera, sin entrar en datos y mucho menos en conceptos económicos sobre la Administración de la Seguridad Social y su salud financiera. Y algo que comparten especialmente los más jóvenes.