Fuente: elEconomista

  • Esta figura reduce la recaudación en cerca de 2.400 millones, según cálculos de AIReF y la Agencia Tributaria
  • La base imponible de los contribuyentes baja casi un 10% aplicándola
  • Los expertos culpan a la declaración conjunta de dañar la inserción laboral de las mujeres

Esta semana, la ampliación del Plan de Recuperación que el Gobierno presentó a Bruselas (la llamada adenda) obtuvo el aprobado de la Comisión sin que el apartado dedicado a los futuros cambios fiscales a los que el Gobierno se compromete haya variado ni en una coma. Sigue así en pie el plan de someter a una «revisión exhaustiva los beneficios fiscales» existentes en impuestos como el IRPF.

Y, si hay una deducción que acumula todas las opciones de reducirse o eliminarse (porque es así como cabe entender el eufemismo «revisión»), ésa es la tributación conjunta en el Impuesto sobre la Renta. ¿La causa?: el gran impacto que su supresión tendría en términos de aumento de recaudación, considerando que es el beneficio fiscal que en mayor medida reduce la base imponible del contribuyente.

Esta figura, a la que recurren las parejas en las que un cónyuge no trabaja o cuenta con un nivel de ingresos muy inferior, tiene un coste total (sumando al Estado y las autonomías) de cerca de 2.400 millones, según los datos de la Memoria de Beneficios Fiscales 2023, complementados con los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

Ninguno de los incentivos fiscales de parecida naturaleza que también están en el punto de mira (rendimientos del trabajo, donativos, ayudas de carácter social…) alcanza esa cifra, ya que los hay que apenas llegan a quinientos millones.

También se trata de un caso único en lo que concierne a su capacidad de reducir la base imponible del declarante. En este ejercicio, según la Agencia Tributaria, la declaración conjunta permitirá que esa variable mengüe casi un 10%.

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