Fuente: elEconomista

  • Incumplen el mandato de Bruselas de redirigir los ahorros de eliminar las medidas energéticas a rebajar los niveles de déficit

Bruselas tiene el foco puesto en la fiscalidad de los Estados miembro. Tras las reiteradas advertencias, en la segunda mitad del año, sobre la necesidad de retirar progresivamente las ayudas a la crisis energética para que la política fiscal no contrarreste la política monetaria, la Comisión Europea advierte del riesgo de incumplir tales recomendaciones. Sus estimaciones económicas de otoño arrojan una señal preocupante: el grueso de las economías de la eurozona superarán el límite de déficit del 3% en 2023. Algunas de ellas, también en 2024.

En su paquete de otoño, Bruselas apuntaba que en 2023 y 2024 se espera que la posición fiscal de la zona euro se contraiga, «principalmente debido a la eliminación gradual de las medidas energéticas». Una contracción que el Ejecutivo comunitario prevé que contribuya a «construir colchones fiscales» y «a mejorar la sostenibilidad de la deuda en algunos Estados miembro», según detallaba en su paquete de otoño.

No es que tal propósito se haya difuminado, pero los planes presupuestarios presentados por los países a la Comisión Europea, cuyo plazo expiraba el 16 de octubre, mantenían parte de las medidas energéticas dispuestas. Esquivaban, en cierto grado, el mandato del Ejecutivo comunitario de proceder a su retirada a final de año, cuando estaba previsto.

El análisis de Bruselas era muy claro, Francia y Bélgica están en ese grupo de países en riesgo de no cumplir las orientaciones presupuestarias del Ejecutivo comunitario, Alemania, Italia, Austria, Portugal o Países bajos no están completamente en línea con las sendas marcadas desde Bruselas. España, por otro lado, es de las pocas que cumple, pero con unos presupuestos prorrogados por un Gobierno en funciones, que deberán ser actualizados.
En el caso del motor económico de la UE, sus niveles de déficit se enmarcan por debajo de ese umbral del 3% sobre el PIB. No obstante, la Comisión Europea advirtió en su análisis por país que, tras las medidas anunciadas por el Ejecutivo de Olaf Scholz el pasado 9 de noviembre, no se considera que las ayudas energéticas se retiren lo «antes posible en 2024». En este marco, añade que los ahorros derivados de este abandono de apoyos a la energía serán «solo parcialmente utilizados para reducir el déficit del gobierno en 2024». Por lo que en su recomendación «invitó» a Berlín a eliminar tales ayudas.
Alemania dispuso en el arranque de noviembre un enorme paquete de apoyo para su industria para hacer frente a los altos precios de la energía. Su dotación se eleva a 28.000 millones de euros y se extiende hasta 2028. El paquete incluye desgravaciones fiscales a la electricidad de hasta 12.000 millones de euros anuales para 2024 y 2025 y podrán ampliarse hasta 2028, a la espera de la planificación presupuestaria. Se suma esta dotación a los 7.000 millones de euros dispuestos en agosto para las empresas, y al escudo protector de septiembre para empresas y hogares vulnerables ante el alza de precio de la energía.

Francia, por su parte, se llevó un tirón de orejas más severo desde el Ejecutivo comunitario. Si bien le reprocha, de nuevo, que la retirada no sea más ágil, reconoce que París tiene la intención de utilizar los ahorros de estas medidas para reducir el déficit. La Comisión Europea pidió al Gobierno galo que adoptara las medidas necesarias para cumplir las recomendaciones fiscales de la UE para el próximo año, que incluyen el control del crecimiento del gasto y la supresión gradual de los apoyos a la energía.

Y es que el presupuesto del Ejecutivo galo se desvía de ese límite del 2,3% de aumento del gasto primario neto marcado por Bruselas. La Comisión Europea tampoco ve con buenos ojos los incentivos que el Gobierno galo ponía sobre la mesa para acelerar la transición verde, como dotar de subsidios a la industria de vehículos eléctricos, ya que considera que no se centra en los más vulnerables.

Porque esto era lo que pedía el Ejecutivo comunitario: una posición fiscal prudente especialmente de cara a finalizar el año. También que las medidas energéticas fueran específicas y focalizadas, que se dirigieran únicamente a los más vulnerables en esta segunda mitad del ejercicio
La idea inicial era proceder a la retirada de estas medidas a finales de 2023. Pero los países han optado por transitar otras sendas. Ante este panorama y las demandas de las capitales, la UE ha aprobado esta semana la prórroga de un año del tope al precio del gas en las plazas comunitarias, la aceleración de permisos de proyectos renovables y el mecanismo de solidaridad entre Estados miembro. Se han extendido, además, las ayudas a las empresas para paliar los altos precios de la energía. Una ampliación que abarca hasta finales de marzo.

Roma ha procedido a retirar parte de estas medidas energéticas, como las bonificaciones fiscales para la mejora de la eficiencia energética de edificios. Sin embargo, estos ahorros no se destinarán a reducir el déficit, por lo que Bruselas le invita a seguir las recomendaciones fiscales. La Comisión Europea ha aconsejado al Ejecutivo de Meloni que este «listo» para tomar las medidas adecuadas el año que viene la ejecución presupuestaria no sigue la línea marcada desde Bruselas.

No es este el caso de Atenas, cuyo presupuesto refleja el mandato de la Comisión Europea de retirar las medidas energéticas en 2023 y 2024. Seguirán vigentes en 2024 las ayudas a la electricidad dirigidas a los hogares más vulnerables, también los subsidios para la calefacción que se extenderán a 2025. El coste de estas medidas se compensa en parte con el impuesto sobre el gas natural utilizado para la producción de electricidad.

También Países Bajos seguirá el mandato de Bruselas de retirar el apoyo económico a la crisis de precios de la energía Aún así la Comisión Europea no cuenta con que la Haya destine los ahorros a reducir el déficit, pues experimentará un repunte del 0,5% en 2023 al 1,8% en 2024. El Ejecutivo holandés hasta mediados de año que viene la reducción de los impuestos especiales sobre la gasolina y el gasóleo.

milar se reproduce en Austria que, si bien cumple la retirada de medidas energéticas, los ahorros no se trasladarán al recorte del déficit. Viena prevé mantener el tope al precio del gas hasta mediados de 2024 y aplicará una reducción al IVA que se aplica a los sistemas fotovoltaicos.

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