Fuente: elEconomista

  • El componente de vivienda lidera las subidas por culpa de la electricidad
  • La inflación subyacente mantiene su tendencia a la baja y cae al 3,6%
  • La subyacente se ha convertido en la gran esperanza del consumidor español

La inflación vuelve a asomar la cabeza para agujerear los bolsillos de las familias españolas. El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha empezado este 2024 con un repunte de tres décimas respecto a diciembre, hasta situarse en el 3,4% interanual por el encarecimiento de la electricidad. La buena noticia es que la inflación subyacente (no pondera alimentos frescos ni energía) mantiene su tendencia de descensos tras presentar una nueva caída, este de dos décimas hasta el 3,6%, tal y como se había publicado en el dato anticipado y queda confirmado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde enero de 2021, el índice general y el subyacente no estaban tan cerca.

El encarecimiento de la luz, que un año atrás registró caídas, empujó en enero al alza el IPC mientras que los precios de los carburantes anotaron una caída. El INE ha publicado los datos definitivos este jueves: la inflación rompe en el arranque de año con la tendencia a la baja de los dos últimos meses para situarse en su nivel más alto desde octubre, cuando repitió en el 3,5% que ya había cosechado el mes previo.

La senda desinflacionaria se confirmará con la evolución de la inflación subyacente, la que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos por su volatilidad, sí mantiene la tendencia de caídas que mantiene desde verano del año pasado y bajó en enero dos décimas, hasta el 3,6%. Se sitúa sólo dos décimas por encima del índice general en el que es su nivel más bajo desde marzo de 2022.

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