Fuente: eleconomista.es

  • La inflación ‘supercore’, del sector servicios, preocupa al consejo de Gobierno
  • La evolución de los salarios son la clave de esta nueva fase inflacionista
  • El precio del gas y del grano ucraniano sigue bajo, pero existe riesgo de repunte

Los banqueros centrales de Europa han identificado varios datos que ayudan a entender qué está pasando con la inflación en la región, y hay señales de que la eurozona está entrando en una nueva fase inflacionista, marcada por una ralentización del crecimiento del IPC desde el año pasado, pero no libre de riesgo de que la inflación se enquiste. Hay uno que es especialmente clave: la inflación ‘supercore’, la que recoge el incremento de precios en el sector servicios, excluyendo en este sector los precios de la energía y otros componentes volátiles, como el precio de los inmuebles e hipotecas.

Las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), publicadas la semana pasada, muestran cómo los miembros del Consejo de Gobierno de la entidad hicieron un repaso a fondo de distintos indicadores de inflación para poder evaluar la situación en la que se encuentra la zona euro en la lucha contra el incremento de los precios.

«Las diferentes dinámicas de la inflación en los bienes, frente a la inflación del sector servicios, relacionadas con el componente laboral, demuestran que es importante mirar de forma separada a estos dos indicadores», destacan las actas del BCE.

«El ajuste significativo en el Componente Persistente y Común de la Inflación (PCCI) [indicador que vigila el BCE para entender los factores inflacionistas comunes en distintos países de la zona euro] ha reflejado en gran parte la caída de los precios de la energía, al mismo tiempo que la inflación de los bienes ha entrado en un camino de caídas», señalan.

Esto lleva al organismo a centrarse en la inflación que no está dando estas señales de ralentización, la del sector servicios, especialmente aquella que no depende de la energía. «Por el contrario, la inflación del sector servicios no ha dado señales de una caída visible», explica el documento.

Esta tendencia de la que avisa el BCE confirma que la eurozona ha entrado en una nueva fase inflacionista, en la que los incrementos salariales ganan protagonismo. Esta ha sido una de las grandes preocupaciones de los banqueros centrales en los últimos meses: que se produzca una espiral inflacionista derivada de los aumentos salariales que se negocien en la zona euro. Los trabajadores quieren compensar la pérdida de poder adquisitivo que se ha producido estos años con aumentos de salarios y esto puede terminar siendo un problema para el BCE, si a su vez hace que las empresas incrementen los precios para compensar un mayor coste laboral.

Accede a la información completa aquí