Fuente: eleconomista
La rebaja del IVA a los alimentos, que el Gobierno ha prorrogado hasta final de año, es una medida que se ha quedado al final en nada. Los costes energéticos siguen siendo muy altos, el transporte se está encareciendo por la subida de los carburantes y la caída de la producción está aupando los precios de las materias primas.
Aunque la industria subió los precios en julio por debajo del 10% por primera vez desde finales de 2021, los indicadores no son buenos y, si la sequía persiste, los precios seguirán al alza. En este contexto, carece de sentido acusar a los supermercados, que han estrechado sus márgenes. Más aconsejable es buscar soluciones conjuntas y reducir los costes normativos para intentar paliar en la medida de lo posible la escalada de precios.
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