Fuente: elEconomista

Este 2023 estaba llamado a ser el año de la vuelta del petróleo a unos precios históricamente altos. La guerra en Ucrania sigue viva, surge un nuevo conflicto en Oriente Medio y se recrudecen los interminables recortes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Todo ello prometía generar una tormenta perfecta sobre la oferta de crudo global. Sin embargo, un invitado ‘indeseado’, con varios acompañantes, se ha colado en lo que prometía ser una fiesta para la OPEP y el crudo. EEUU está inundando el mercado con su petróleo, convirtiendo en pesadilla el año de ensueño para el cártel del ‘oro negro’.

Las últimas cifras publicadas por el Departamento de Energía del país (EIA) revelan que la producción de crudo en EEUU ha alcanzado nuevos máximos históricos, pese al duro discurso de Joe Biden contra esta industria y los obstáculos que ha impuesto el Gobierno Federal. EEUU está produciendo más de 13 millones de barriles de crudo (solo petróleo crudo, no se tienen en cuenta derivados) cada día, superando el récord marcado en 2019. Ese año, la producción tocó la cota de los 13 millones, pero este lo ha superado con creces, poniendo mucha tierra de por medio con Rusia (produce 9,9 millones de barriles diarios) y Arabia Saudí (8,97 millones de barriles diarios), según los últimos datos.

No se puede decir que la irrupción de EEUU sea una sorpresa. Este país lleva años siendo el mayor productor de crudo del mundo. Sin embargo, pocos habrían apostado a que EEUU lograría destrozar los récords anteriores de producción de petróleo tras los mensajes hostiles del presidente Joe Biden contra la industria petrolera de EEUU. Pese a todo, la fuerte subida del precio del crudo desde el comienzo de la guerra de Ucrania ha generado los incentivos necesarios para que los productores de Texas, Dakota del Norte… se estén arremangando para producir cantidades históricas y aguar las expectativas de la OPEP. Además, gran parte del crudo americano está acumulándose en los puertos de Europa, el principal cliente de EEUU, según la EIA.

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